El tratamiento ARV ha transformado a la infección por el VIH y al sida de una enfermedad que se consideraba como mortal a una enfermedad crónica que le permite a las personas en tratamiento incorporarse a una vida productiva.
Antes de la llegada a México de los tratamientos antirretrovirales, la supervivencia de las y los pacientes diagnosticados con VIH era de un año. A partir de 1996, el acceso progresivo a un nuevo grupo de antirretrovirales, conocidos como inhibidores de proteasa (IP), cambió radicalmente el pronóstico de las personas con VIH. Se demostró que los IP, combinados con los medicamentos existentes (los inhibidores de la transcriptasa, en lo que se denominó tratamiento antirretroviral de alta actividad o TARAA), lograban retrasar el daño del sistema inmunológico y mejorar sustancialmente la calidad de vida de las personas con VIH.
Documentos:
Acuerdo_del_Conasida_Gu_a_de_Manejo_ARV2018
Guía de Manejo ARV – Octubre 2018